LAS APARICIONES DE LA VIRGEN MARIA
AUTOR: GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN
CIENCIAS RELIGIOSAS.
En la historia del cristianismo la
Virgen María ha jugado un papel
especial, pues desde sus mismos orígenes hasta nuestros días se han
registrado infinidad de apariciones suyas; se calculan que son cerca de 2.400.
Solamente en el siglo XX se presentaron casi 500 manifestaciones marianas en
100 partes distintas. Es importante anotar que todas guardan cierta relación
con la visión que narra el Apocalipsis (12,1), que dice: “Apareció en el cielo
una gran señal: una mujer envuelta en el
sol como en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce
estrellas en la cabeza”. Del mismo modo, todos los videntes describen a la
madre del Redentor como una mujer hermosísima no mayor de 20 años, con facciones bien delineadas, un
rostro maternal y puro, en ocasiones sonriendo o con una mirada triste; además
radiante y luminosa, pero se le puede mirar a la cara sin hacerle daño a la
vista. Incluso, tomando a veces los rasgos típicos de cada región, como en
México donde se mostró como una princesa azteca.
Sus vestimentas son de diferentes
tonalidades, en Fátima apareció con un traje blanco sujeto por un cordón dorado
y un manto bordado en oro; en Lourdes, de blanco con una cinta azul en la
cintura, en el convento de las hijas de la caridad en París se dejó ver toda de
blanco, y en Guadalupe, lo primera aparición reconocida oficialmente por la
iglesia romana, tenía una túnica rosada con un manto azul verdoso. Igualmente,
sus ropajes pueden ser un símbolo de protección para el creyente, como ocurrió
con la revelación a San Simón Stock de Nuestra Señora del Carmen con un manto café y un velo blanco. Asimismo, la Santísima Virgen se ha dado a
conocer con diferentes títulos como: “La Inmaculada Concepción”, “La siempre
Virgen María”,”La Virgen del rosario”, “La Reina de la paz” del “cielo” y
demás.
Otra cosa en común, es que antes de las
apariciones se presenta un ángel como antesala de las mismas, la virgen puede
verse sola, otras veces al lado de José
y el pequeño Jesús en brazos, con los ángeles Custodios, o Juan Bautista y Juan
Evangelista. También van acompañas de luces, rayos y truenos, olores y música
celestial, hechos milagrosos como el manantial que hizo brotar en
Lourdes, que ha curado a miles
de enfermos; lluvia de pétalos que desaparecen antes de tocar la tierra, caída
de copos de nieve o una especie de escarcha;
o la famosa danza del sol en Fátima, ante la mirada atónita de casi cien
mil personas.
Ya en cuanto los mensajes son de
diferentes características, pues pide insistentemente el rezo del rosario, la
penitencia, comunión reparadora,
promesas y palabras de consuelo, lugares
de culto a su devoción, además para poner fin a una epidemia o anunciar un
futuro castigo si el mundo no deja de ofender a Dios. Ahora bien, las personas escogidas
para estos eventos sobrenaturales van desde papas, cardenales, obispos,
fundadores de órdenes religiosas, monjes del desierto, misioneros en tierras
lejanas, místicos, emperadores, caciques, madres de familia, mendigos, niños o
por medio de los sueños como ocurrió con el sacerdote San Juan Bosco en Turín
(Italia).
De estos videntes podemos destacar al
indígena san Juan Diego a quien la Virgen de Guadalupe, le dejó impresa su
imagen en su capa en el cerro del
Tepeyac (México), en 1.531. Santa Catalina Labouré, monja vicentina a quien se le manifestó Nuestra Señora de la
Medalla Milagrosa, en París en 1.830. A los niños Melania y Maximino, en La
Salette, en los Alpes franceses, en 1846. A una aldeana adolescente de nombre
Santa Bernardé Soubiriú, en la gruta de Massabielle (Francia), en 1.858. Al
igual, que a los tres Pastorcitos: Lucia y sus primos los beatos Francisco y Jacinta, en el valle de Cova de
Iría (Portugal), en 1.917.
Una de las
apariciones de la Santa Virgen más sorprendentes que se dieron en el siglo XX,
ocurrió en Zeitoun (Cairo), porque fue vista por miles de personas de diversas
religiones cristianas y musulmanes. Zeitoun es un suburbio del Cairo donde la
Madre del Redentor acompañada de ángeles, se apareció allí por primera vez el 2
de abril de 1968, día de Pascua, sobre la iglesia copta de San Damián. Las
apariciones se repitieron durante más de dos años, duraban hasta dos horas
seguidas y produjeron curaciones y conversiones. El hecho fue confirmado tanto
por el Patriarca Copto, el Patriarca Católico en Egipto y el representante de
la Iglesia Evangélica en el Cairo.
La Iglesia Católica aclara que la
“revelación divina” terminó con la venida del Mesías a la tierra (Hebreos
1,1-2), cuyo mensaje quedó concluido con la muerte de Juan, el último de los
apóstoles, en el año 102 d.C. (1 Juan 1,1-3). Por lo tanto, estas apariciones
marianas que han sido certificadas como auténticas después de un largo y
detallado estudio, y las que se encuentran en este proceso por las autoridades
eclesiásticas, son consideradas como “revelaciones particulares”, que
tienen como meta ayudar a vivir más
plenamente la fe del pueblo de Dios, de acuerdo a la doctrina del magisterio de
la Iglesia.
LA
VIRGEN DE GUADALUPE
AUTOR:
GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS
I. EL RELATO HISTORICO
La aparición de la Virgen de Guadalupe
se remonta a los tiempos de la conquista de América, en los territorios de
México a manos de Hernán Cortés; cuando en el año 1531 y a escasos doce (1519)
de la llegada de los españoles, al recién convertido indio Juan Diego
Cuauhtlatoatzin (El águila que habla),
se le manifiesta la Reina del Cielo en el cerro del Tepeyac desde el 9 de
diciembre hasta el 12 del mismo mes. Ella lo saluda en su lengua nativa el
náhuatl, y se llama a sí misma con el nombre de Coatlaxopeuh, que
significa “aquella que pisa la
serpiente” (comparar con Génesis 3,15). Envía además un mensaje a fray Juan de
Zumárraga, primer obispo de México. Es la voluntad de la Santa Señora, que se
le construya un templo en su honor en el sitio de las apariciones, en donde
ella se encargará de oír las súplicas de quien la invoque, y de remediar todos
los males por su bendita intercesión.
Como era de esperar al pobre indígena
se le tildó de loco, pero en vista de su insistencia el alto prelado le manda a
pedir a la Madre de Dios alguna señal divina. La Virgen asede a esta petición y
manda a su siervo a cortar diferentes rosas de castilla en el mismo cerro. Aquí
se produce el primer milagro, pues como lo confirman los botánicos era
imposible que en el frío mes de diciembre, pudiera florecer de forma natural
las rosas, en lo alto del monte. Al llegar al palacio obispal y estando
solamente en su presencia, el indio Juan Diego deja ver su blanca capa en donde
había guardado las flores tocadas por la Señora, y para asombro de todos
aparece la preciosa imagen de la Virgen Santísima. El mismo jerarca la llamó
con el nombre de “Guadalupe”, en recuerdo de una advocación mariana en
Extremadura, España, y coloca la milagrosa tilma en su capilla privada, hasta
que se construyó la primera iglesia en el sitio de las apariciones. El santo
indígena se trasladó a vivir en una pequeña celda en el cerro del Tepeyac,
dedicándose a la oración y a la atención de los peregrinos hasta su muerte el
año de 1548.
Ya sobre las pruebas históricas se
encuentran plasmada en el código Escalada,
descubierto por un jesuita español, y fechado en el mismo año de 1548.
Igualmente, se conoce el famoso relato Nican-Mopohua, escrito por el también
indio Antonio Valeriano, entre los años 1545 y 1550.
II. SIGNIFICADO DEL MANTO SANTO
Toda la Virgen de Guadalupe es un
mensaje cifrado de acuerdo a la cosmovisión de los nativos mejicanos, así por
ejemplo:
El vestido azul verdoso tenía los
colores propios de la realeza, sólo el emperador podía utilizarlos.
Estaba parada delante del sol,
indicando que era superior al dios azteca del sol, y de pie sobre la luna, que
simbolizaba a Quetzalcoatl, la diosa serpiente.
Sus ojos bajos en señal de humildad
mostraban que a pesar de ser más grande que estas falsas divinidades, no era
una diosa.
Sobresalen en el pecho unas cintas
negras que eran llevadas por las indígenas embarazadas. Así la Madre del
Redentor presenta a su Unigénito al Nuevo Mundo.
La cruz negra en el broche, era la
misma que una princesa azteca había visto en un sueño reciente como el signo
visible de una nueva conquista.
La
Señora también está
sostenida por un ángel cuyas alas
son de las plumas del Tzinitzcan, usadas por los aztecas para confeccionar los
ornamentos más preciosos y considerados superior al oro.
Las estrellas que lleva en su vestido,
corresponden a la exacta posición de las principales constelaciones en el
solsticio del invierno, es decir, del momento de la aparición.
III. MILAGROS Y ANALISIS CIENTIFICOS
La tilma o ayate es una pieza fabricada
con fibra de maguey, el manto consta de dos partes, en el centro se puede
distinguir una costura
de hilo del mismo
origen que las
mantiene unidas. Sus
medidas son aproximadamente 1,66
metros de largo por 1,05 de ancho.
Es casi imposible que una capa que
suele tener una duración máxima de veinte años, se conserve intacta y con
aquella viveza en sus colores después de más de
470 años.
En el año 1785 se fabricaron don copias
de la Virgen Morena, con los mismos materiales y por los mejores pintores de la
época. Sin embargo, las reproducciones no fueron iguales a la original, y con
el tiempo se fueron descolorando y deshaciéndose.
Llama la atención para los expertos
textiles como la manta que estuvo expuesta directamente al medio ambiente, el
polvo, insectos y la intensa humedad; hubiera creado una especie de protección
natural durante al menos los 116 primeros años de su exposición,
posteriormente fue protegida por una urna de cristal.
Tampoco se explica como ha resistido los negros vapores de infinidad
de candelabros y lámparas que ardían día y noche a escasa distancia de la impronta. Además la
tilma ha sufrido la continua frotación
de cientos de miles de estampas, distintivos, banderas, escapularios, medallas
y manos; sin afectarla en lo más mínimo.
En 1791 mientras un orfebre limpiaba
el marco de oro y plata que protege la imagen, un frasco de ácido
nítrico se derramó accidentalmente sobre la parte superior del ayate, según los
especialistas la caída de este ácido corrosivo hubiera provocado una
considerable destrucción al tejido; pero nada de esto sucedió. Aparece eso sí,
una mancha amarilla que está desapareciendo con el tiempo.
En la mañana del 14 de noviembre de
1921, un obrero Depositó un ramo de flores cargado con dinamita en el altar
mayor de la antigua basílica; la bomba hizo impacto a escasos metros de la
urna. La explosión demolió las gradas de mármol del altar mayor, los
candelabros, floreros, ventanales de la casa vecinas y un Cristo de latón se
dobló; pero para sorpresa de todos, ni siquiera el cristal que cubría la imagen
de la Virgen sufrió ningún daño.
En el año 1936 el premio Nobel de
química, Ricardo Kuhn examinó dos fibras del manto, llegando a la conclusión que el
origen de los colores, no pertenecían a ningún elemento animal, vegetal
o mineral.
En el
año 1979 se llevó acabo nuevas investigaciones por
científicos de la NASA, con el apoyo de la tecnología moderna. Se descubrió que
toda la imagen de aquel tosco e
imperfecto material no fue pintada por mano humana.
El rostro de la Guadalupana es perfecto
y no tiene ningún trazo de pincel.
La túnica rosa y el manto azul son tan
brillantes y coloridos, como si acabaran de ser hechos.
Los colores de la imagen de la Virgen
flotan a una distancia de tres décimas de milímetro sobre el tejido del manto.
IV.
LOS OJOS DE LA VIRGEN
Para los científicos lo que más les
llamó la atención, han sido las figuras humanas descubiertas mediante
ampliaciones por computadora, en los ojos de tan sólo cuatro milímetros; en
ellos aparecen entre otros el santo
vidente y el obispo Zumárraga. Incluso,
si se pasa un haz de luz con un oftalmoscopio en los ojos negros de la Virgen,
se puede apreciar como el iris brilla y adquiere profundidad; fisiológicamente
son perfectos, tal cual como si estuvieran vivos.
V. LA EMPERATRIZ DE AMERICA
La
Virgen de Guadalupe Fue declarada en el año 1910 por el Papa San Pío X, como
“Celestial Patrona de toda América y las Filipinas”. Su fiesta religiosa se
celebra el 12 de diciembre. Su basílica es la segunda más visitada en todo el
orbe católico, después de San Pedro en el Vaticano. Son innumerables los
milagros, las curaciones, las gracias y conversiones que se le atribuyen a la
“Morenita del Tepeyac”, cumpliendo así la promesa que le hizo a San Juan Diego:
“No estoy yo aquí que soy tu Madre”.
IMAGENES DE LA VIRGEN QUE LLORAN Y SANGRAN ¿FRAUDE O REALIDAD?
AUTOR:
GUIDO ROJAS. LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS
“Negar lo sobrenatural en la Iglesia Católica, es
negar la esencia misma del Cristianismo”.
Papa Juan Pablo II.
I. LA VIRGEN DE LAS LAGRIMAS
Sucedió en Siracusa, ciudad de Sicilia (Italia) el
sábado 29 de agosto de 1953. En un barrio muy poblado y pobre, llamado Santa
Lucía, en las afueras de la ciudad, en
la casa de los jóvenes esposos Angelo Jannuso y Antonieta Giusto, casados por
lo católico hacía cinco meses, los cuales vivían con otros familiares. El día
de su matrimonio su cuñada María Gracia, les regaló un bello cuadro con un
relieve de yeso del Corazón Inmaculado de la Santa Madonna.
Aquel día Angelo fue al trabajo muy preocupado porque
su esposa que estaba esperando un hijo, sufría de extrañas convulsiones que la
dejaban medio muerta, con periodos alterados
de ceguera, sordera y mudez. A las 8 de la mañana la joven mujer que se
encontraba sin sentido recobró el conocimiento y la vista, y clavando su mirada
fijamente en el cuadro de la Virgen que estaba en la cabecera de la cama, notó con asombro que de los ojos
salían gruesas lágrimas. “La Virgencita llora”
gritó Antonieta, llamando inmediatamente a su suegra y a su cuñada que
estaban en la pieza cercana. Las dos mujeres no quisieron creer al principio,
pero pronto se convencieron de la realidad al acercarse a la imagen que ya
había empapado la cabecera de la cama, y seguía derramando gotas de lágrimas
continuamente. Apreciaron también que los ojos de la pequeña estatua estaban
enrojecidos e hinchados.
Tremendamente impresionadas salieron de la casa para
informar a los vecinos. Los primeros en ver llorar a la Virgen fueron los
comunistas y protestantes, los últimos los sacerdotes; también la policía que
acudió al lugar se percató del hecho. De la gran cantidad de personas que
desfilaron junto al cuadro se empezaron a presentar conversiones y curaciones,
como: ciegos que recobraban la vista al contacto con las lágrimas de la imagen,
cojos que andaban, sordos que oían, dolores que desaparecían, infecciones que
se curaban inmediatamente entre otros milagros. Los periodistas empezaron a
tomar fotografías del cuadro de la Virgen llorando, y la noticia se propagó por
todo el mundo.
El prodigio se prolongó por cuatro días, término en el que la mujer
embaraza se curó de su enfermedad. El arzobispo del lugar nombró una comisión
de especialistas para que analicen el cuadro y las lágrimas. Médicos, químicos,
farmaceutas y profesores universitarios examinaron en un laboratorio el líquido
que salía del cuadro, los resultados obtenidos demostraron que “son verdaderas
lágrimas frescas de ojos humanos que están llorando”. Se observó además con
microscopio los ojos de la Virgen para ver si se notaba alguna causa de estas
lacrimaciones, y no quedó la menor duda de que se trataba de un acontecimiento
sobrenatural. El que había fabricado la imagen después de revisarla, juró que
estaba tal cual como había sido hecha sin ningún cambio. El Laboratorio Oficial
del Gobierno vigiló y analizó todas estas investigaciones. Finalmente, todos los obispos
de Sicilia reunidos en Conferencia Episcopal declararon el milagro de las
lágrimas de la Virgen. En 1994 el papa Juan Pablo II inauguró el santuario de
la imagen de la Virgen de Siracusa.
II.
LA VIRGEN DE CIVITAVECCHIA
Este caso ocurrió el
2 de febrero de 1995 en la ciudad portuaria de Civitavecchia (Italia), una
región de pocos católicos y con un alcalde ex comunista, donde una pequeña
imagen de yeso y cemento blanco (42 cm.) de la “Reina de la Paz” de Medjugorje
(localidad ubicada en la ex Yugoslavia, y donde presuntamente se está
apareciendo la Santísima Virgen) lloró lágrimas de sangre en la casa de Fabio y
Ana María Gregori y de sus hijos Jessica y David, que viven en la región de
Pantano, en la periferia de la ciudad. La estatua traída de Bosnia-Herzegovina,
fue regalada por el párroco del barrio, el sacerdote español Pablo Martín
Santiago a esta familia, para que la colocaran en el jardín de la casa, y así
poderse defender de los acosos de los testigos de Jehová. La primera en darse
cuenta de lo ocurrido fue la pequeña Jessica, de cinco años, cuando toda la
familia se estaba preparando para ir a la misa dominical; luego las lágrimas
brotaron 13 veces durante varios días, y en frente de al menos 50 testigos, con
una duración, cada una, de más de cinco minutos. Las lágrimas de sangre
derramadas de ambos ojos llegaban hasta el pecho de la estatuilla donde se
coagulaban, tenía además un color rojo y brillante, típico de la sangre viva y
fresca. El 15 de marzo lo hizo por última vez en manos del obispo de la
diócesis, monseñor Jerónimo Grillo, mientras celebraba la Santa Misa en la
capilla de su palacio episcopal, quien de escéptico pasó a ser un defensor del
fenómeno, pues durante ese año en Italia surgieron doce esculturas de vírgenes
con idénticas características, algunas acompañadas con mensajes apocalípticos.
Después de esto se creó una comisión compuesta por once expertos, dirigidos por
el padre René Laurentin, quienes llevaron a cabo numerosos análisis de la
sangre de la figura de la “Madonnina” (como se le llama) que había quedado
coagulada en sus mejillas, aquella sangre no desapareció como las anteriores
muestras que habían sido recogidas en pañuelos.
La sangre examinada
por los Institutos de Medicina Legal del Pontificio Gemelli y de la Universidad
la Sapienza de Roma, ha dado como resultado ser plasma humana, y de tipo
masculino: “la sangre de Jesús vertida en la Madre”, comentó alguno. La talla
sometida a rayos X y a TAC, no ha revelado nada que pudiera prestarse a trucos
de algún género. Algunos incluso llegaron a la conclusión de que se podría
tratar de una “presencia diabólica”, por los que varios exorcistas, entre ellos
el padre Gabriel Amorth, la estudiaron y descartaron la hipótesis maligna.
La imagen de Nuestra
Señora está ahora en una gruta de la iglesia de San Agustín de Pantano, y es
visitada por muchos peregrinos. Desde entonces se han presentado muchas
curaciones milagrosas, y gran cantidad de conversiones entre los que se
encuentran 120 ex testigos de Jehová, protestantes, agnósticos y budistas.
También se han dejado en la iglesia ex-votos como anillos de parejas separadas
y luego reconciliadas, ropa de bebé, jeringas de drogadictos y demás.
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