¿Yavé o Jehová?
Queridos hermanos católicos:
En las Biblias evangélicas encontramos que a Dios se lo nombra como a
«Jehová» y en las Biblias católicas le damos el nombre de «Yavé». Muchos
cristianos se preguntan: ¿por qué esta diferencia en el nombre de Dios? ¿qué
debemos pensar de esto?
En el fondo no sirve de nada discutir por el nombre antiguo de Dios.
Nosotros vivimos ahora en el N. T. y lo que nos importa es hablar de Dios como
Jesús hablaba de El. Jesús vino a aclarar el misterio más profundo que hay en
el Ser Divino: «Dios es amor». Dios es un «Padre» que ama a todas sus creaturas
y los hombres son sus hijos queridos. Jesús mismo nos enseñó que debemos
invocar a Dios como «nuestro Padre» (Mt. 6, 9).
Para los estudiosos de la Biblia quiero aclarar en esta carta el nombre
antiguo de Dios, aquel nombre que los israelitas del A. T. usaban con profundo
respeto. La explicación es un poco difícil, porque debemos comprender algo del
idioma he-breo, la lengua en la cual Dios se manifestó a Moisés.
1. Los nombres de Dios en el A. T.
Los israelitas del A. T. empleaban muchos nombres para referirse a Dios.
Todos estos nombres expresaban una relación íntima de Dios con el mundo y con
los hombres.
En esta carta quiero indicar solamente los nombres más importantes, por
ejemplo:
En Ex. 6, 7 encontramos en el texto hebreo el nombre «Elohim», que en
castellano significa: «El Dios fuerte y Poderoso».
En el Salmo 94 encontramos «Adonay» o «Edonay», que en castellano es «El
Señor».
En Gén. 17, 1 se habla de Dios como «Shadday» que quiere decir el Dios
de la montaña.
El profeta Isaías (7, 14) habla de «Emmanuel» que significa «Dios con
nosotros».
Y hay muchos nombres más en el A. T., como por ejemplo: Dios Poderoso,
el Dios Vivo, el Santo de Israel, el Altísimo, Dios Eterno, El Dios de la
Justicia, etc.
Pero el nombre más empleado en aquellos tiempos era «Yavé» que significa
en castellano: «Yo soy» o «El que es».
Leemos en Exodo Cap. 3 que Dios se apareció a Moisés en una zarza
ardiente y lo mandó al Faraón a hablar de su parte. Moisés le preguntó a Dios:
«Pero si los israelitas me preguntan cuál es tu nombre, ¿qué voy a
contestarles?». Y Dios dijo a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY». Así les dirás a los
israelitas: YO SOY me manda a ustedes. Esto les dirás a ellos: YO SOY, el Dios
de Isaac y el Dios de Jacob me manda a ustedes. Este es mi nombre para siempre»
(Ex. 3, 13-15).
2. ¿De dónde viene la palabra «Yavé»?
Esta palabra es una palabra hebrea, el hebreo es el idioma de los
israelitas o judíos del A. T. En este idioma no se escribían las vocales de una
palabra sino únicamente las consonantes. Era bastante difícil leerlo
correctamente, porque al leer un texto hebreo, uno mismo debía saber de memoria
qué vocales tenía que pronunciar en medio de las consonantes. El nombre de
Dios: «YO SOY» se escribía con estas cuatro consonantes: Y H V H que los judíos
pronunciaban así «Yahveh», y en castellano se escribe YAVE. La pronunciación
«Yavé» es sin duda la pronunciación más correcta del hebreo original para
indicar a Dios como «Yo soy el que soy» (Los judíos del A.T. nunca dijeron
Jehová).
3. ¿De dónde viene la palabra Jehová?
Los israelitas del A.T. tenían un profundo respeto por el nombre de
Dios: «Yavé». Era el nombre más sagrado de Dios, porque Dios mismo se había
dado este nombre.
Con el tiempo los israelitas, por respeto al nombre propio de Dios, dejaron
de pronunciar el nombre de «Yavé» y cuando ellos leían en la Biblia el nombre
de «Yavé», en vez de decir «Yavé» dijeron otro nombre de Dios: «Edonai» (el
Señor). Resultó que después de cien años los israelitas se olvidaron por
completo de la pronunciación original (Y H V H, Yavé) porque siempre decían
«Adonay» (el Señor).
En la Edad Media (1.000 a 1.500 años después de Cristo) los hebraístas
(que estudiaban el idioma hebreo antiguo) empezaron a poner vocales entre las
consonantes del idioma hebreo. Y cuando les tocó colocar vocales en la palabra
hebrea Y H V H (el nombre antiguo de Dios) encontraron muchas dificultades.
Por no conocer la pronunciación original de las cuatro consonantes que
en las letras castellanas corresponden a YHVH y en letras latinas a JHVH, y
para recordar al lector que por respeto debía decir: «Edonay» en vez de «Yavé»,
pusieron las tres vocales (e, o, a) de la palabra Edonay; y resultó Jehovah en
latín. Es decir: tomaron las 4 consonantes de una palabra (J H V H) y metieron simplemente
3 vocales de otra palabra (Edonay) y formaron así una nueva palabra: Jehovah.
Está claro que la palabra «Jehovah» es un arreglo de dos palabras en una. Por
supuesto la palabra «Jehovah» nunca ha existido en hebreo; es decir, que la
pronunciación «Jehovah» es una pronunciación defectuosa del nombre de «Yaveh».
En los años 1600 comenzaron a traducir la Biblia a todas las lenguas, y
como encontraron en todos los textos bíblicos de la Edad Media la palabra
«Jehová» como nombre propio de Dios, copiaron este nombre «Jehová» literalmente
en los distintos idiomas (castellano, alemán, inglés...). Y desde aquel tiempo
empezaron a pronunciar los católicos y los evangélicos como nombre propio de
Dios del A. T. la palabra «Jehová» en castellano.
4. Ahora bien, aun las Biblias católicas usan el nombre de «Yavé» y no
el de «Jehová». ¿Está bien? Está bien porque todos los hebraístas modernos (los
que estudian el idioma hebreo) están de acuerdo que la manera original y
primitiva de pronunciar el nombre de Dios debía haber sido «Yavé» y no
«Jehová».
«Yavé» es una forma del verbo «havah» (ser, existir) y significa: «Yo
soy el que es» y «Jehová» no es ninguna forma del verbo «ser», como lo hemos
explicado más arriba. Por eso la Iglesia Católica tomó la decisión de usar la
pronunciación original «Yavé» en vez de «Jehová» y porque los israelitas del
tiempo de Moisés nunca dijeron «Jehová».
4. ¿Cuál es el sentido profundo del nombre de «Yavé»?
Ya sabemos que «Yavé» significa: «Yo soy.» Pero ¿qué sentido profundo
tiene este nombre?
Para comprenderlo debemos pensar que todos los pueblos de aquel tiempo
eran politeístas, es decir, pensaban que había muchos dioses. Según ellos, cada
nación, cada ciudad y cada tribu tenía su propio Dios o sus propios dioses. Al
decir Dios a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY» El quiere decir: «Yo soy el que
existe: el Dios que existe; y los otros dioses no existen, los dioses de los
egipcios, de los asirios, de los babilonios no existen. Yo soy el único Dios
que existe».
Dios, dándose el nombre de YAVE (YO SOY), quería inculcar a los judíos
el monoteísmo (un solo Dios), y rechazar de plano todo politeísmo (muchos
dioses) y la idolatría de otros pueblos.
El Dios de los judíos (Yavé) es un Dios celoso, no soporta a ningún otro
dios a su lado. El dice: «No tendrás otro Dios fuera de mí» (Ex. 20, 3). «Yo
soy Yavé, tu Dios celoso» (Deut. 4, 35 y 32, 39).
El profeta Isaías explica bien el sentido del nombre de Dios. Dice Dios
por medio del profeta: «YO SOY YAVE, y ningún otro». «¿No soy yo Yavé el único y
nadie mejor que yo?» (Is. 45, 18).
La conclusión es: La palabra «Yavé» significa que «El es el UNICO DIOS»,
el único y verdadero Dios, y que todos los otros dioses y sus ídolos no son
nada, no existen y no pueden hacer nada.
5. El nombre de Dios en el N. T.
Más importante para nosotros, que vivimos en el N. T., es saber cómo
Jesús hablaba del misterio de Dios. Jesús y sus apóstoles, según la costumbre
judía de aquel tiempo, nunca pronunciaban el nombre «Yavé» o «Jehová». Siempre
leían la Biblia diciendo: «Edonay» -el Señor- para indicar el nombre propio de
Dios.
Todo el N. T. fue escrito en griego, por eso encontramos en el N. T. la
palabra Kyrios (el Señor) que es la traducción de «Edonay».
Pero Jesús introdujo también una novedad en las costumbres religiosas y
nombró a Dios «Padre»: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra». «Mi
Padre sigue actuando y yo también actúo». «Por eso los judíos tenían ganas de
matarlo: porque El llamaba a Dios Padre suyo haciéndose igual a Dios» (Jn. 5,
17-18).
Además Jesús enseñó a sus seguidores a hacer lo mismo: «Por eso, oren
ustedes así: Padre Nuestro, que estás en los cielos» (Mt. 6, 9). Ahora, el
nombre más hermoso que nosotros podemos dar a Dios es el de: «Padre nuestro».
6. ¿Es verdad que en las Biblias de los Testigos de
Jehová aparece el nombre Jehová en el Nuevo Testamento?
Así es. Los Testigos de Jehová hacen aparecer en el N. T. 237 veces la
palabra «Jehová», pero eso no es correcto. Cuando en el N. T. se habla de Dios
con el nombre «Señor» (Kyrios en griego, Edonay en hebreo) ellos lo traducen
como Jehová, pero esto es claramente una adulteración de los textos bíblicos.
El N. T. habla de Dios como «Padre» o «Señor», pero nunca como «Jehová».
Una vez más desconocen la gran revelación de Jesucristo que fue la de
anunciarnos a Dios como Padre.
7. ¿Qué es lo mejor para nosotros?
Lo mejor es hablar de Dios como Jesús hablaba de El. Meditando los
distintos nombres de Dios que aparecen en la Biblia, nos damos cuenta de que
hay una lenta evolución acerca del misterio de Dios, y cada nombre revela algo
de este gran misterio divino:
1) Dios se manifestó a Moisés como el único Dios que existe,
significando esto que los otros dioses no existen. Es lo que significa la
palabra «Yavé».
2) Luego ese único Dios se manifestó a los profetas como el Dios de la
Justicia.
3) Finalmente en Jesucristo, Dios se manifestó como un Padre que ama a
todos sus hijos. Dios es amor y nosotros tenemos esta gran vocación a vivir en
el amor. La oración del Padre Nuestro es la mejor experiencia de fraternidad
universal.
¿Qué hay que hacer cuando los Testigos de Jehová, los
Mormones y los seguidores de otras sectas llegan a la casa de uno para entablar
una conversación?
«En primer lugar hay que precisar cuál es la verdadera intención de su
visita. Por lo general ellos dicen que quieren hablar de la Biblia y conversar
acerca de Dios y de la religión.
Pero su verdadera intención no es ésta, sino la de arrebatar la fe a los
católicos. Eso y nada más es lo que quieren. Quitar a los fieles su fe
católica. Hablar de la Biblia o de Dios es sólo el pretexto para llegar a este
final que es quitar la fe a los católicos.
Y los hechos comprueban esta afirmación, porque sabemos de algunos
buenos católicos que por cortesía, buena educación, o por otras razones,
aceptaron con-versar con ellos sobre la Biblia o sobre Dios, y se pasaron a ser
Testigos de Jehová, Mormones o de otras sectas y abominaron después contra su
antigua fe católica.
Es decir, hay que tener claro que esta visita de los Testigos de Jehová,
de los Mormones o de otras sectas a las casas y familias católicas no tiene
otra intención ni otro propósito que arrebatarles su fe católica.
Conociendo esta realidad, la respuesta es obvia: ¿Quiere usted conservar
y defender su fe católica? No los reciba. ¿Quiere usted poner en peligro su fe
católica? Piense mejor lo que debe hacer».
Cuestionario:
¿Es correcto nombrar hoy a Dios con la palabra Jehová? ¿Por qué no? ¿Qué
aconteció históricamente? ¿Por qué los israelitas usaban la palabra Adonai? ¿Qué
pasó cuando los hebraístas de la Edad Media empezaron a poner vocales a las
consonantes? ¿Qué significa la palabra Yavé? ¿Es correcto utilizar hoy la
palabra Yavé? ¿Es correcto utilizar la palabra Jehová? ¿Cómo se refirió Jesús a
su Padre? ¿Cómo tenemos que nombrar a Dios los cristianos de hoy? ¿Qué
evolución del nombre de Dios hay entre A. y N. Testamento?
La Santa Biblia
El libro que no pueden faltar en su hogar.
Realmente es una bendición haber llegado a este blog para aprender y conocer más acerca de nuestra religión y tantas cosas que pueden llegar a confundirnos.
ResponderEliminarBendiciones.